Olga posted a remembrance of Rutilio Grande, the Salvadorean priest whose murder committed blessed Archbishop Oscar Arnulfo Romero to the cause of the poor forever.
People worry about leftist influences, yet the preferential option for the poor is implicit in our faith and in the coming of this controversial and subversive Palestinian Jew. The preferential option for the poor is a leftist idea, and Jesus was very much a leftist, revolutionary, subversive leader who led us toward a more humane world. If we accept he is the son of God, why was he born homeless, in a stable, an undocumented alien, a brown-skinned man born to a poor family and who became himself a carpenter?
Our society punishes people for their poverty, criticizes the poor and deems them irresponsible. Churches have often sided with the rich and sat at the banquets of the rich, and truly despise the poor. Jesus or Yeshua or Isa CHOSE to come to this planet the son of a poor woman. He chose to be born homeless, to have his mother find "no room at the inn" and to be subject to entry requirements as someone who did not have documentation.
My friend Carolyn Scarr years ago wrote a wonderful poem which I will share (when I find it) about the immigration interview for Joseph and Mary (the end result is: admission denied, of course).
We must not fear the influence of the radical, the subversive, the revolutionary, the left. As Argentinian revolutionary physician Ernesto Guevara (given the nickname of Ché by the Cubans), who was one of the heroes of the Cuban revolution, once said, "Always be capable of feeling, deeply within, any injustice perpetrated against anyone, in any part of the world. It is the most beautiful quality of a revolutionary. Remember that he was a trained physician who chose to involve himself in revolution, because, as he said, "Let me tell you, at the risk of appearing ridiculous, that the true revolutionary is guided by great feelings of love."
So, let us remember Msgr. Rutilio Grande, vilely murdered on his way to give communion to a sick man March 12th almost 40 years ago. It was his death that completely committed Oscar Romero forever.
On September 24, 1972, Father Grande became the parish priest of Aguilares, the same parish where he had spent his childhood and youth. There he was one of the Jesuits responsible for establishing the Grassroots Ecclesial Communities, and training leaders who were called "Delegates of the Word." This movement to organize the peasants was opposed by land owners, who saw it as a threat to their power, and by conservative priests who feared the Catholic Church would be controlled by leftist political forces.
After the expulsion of Colombian priest Mario Bernal Londoño by the church, (after being kidnapped at Apopa), Grande pronounced what became known as the Sermon in Apopa: "Dear brothers and friends, I realize quite clearly that soon the Bible and the Gospel will not be able to cross the borders. We will only receive the covers, as all the pages are subversive - against sin, let it be understood. So if Jesus crosses the border near Chalatenango, he won't be allowed to enter. He, the man-God, would be accused of being an agitator, a Jewish foreigner, who confuses the people with exotic and foreign ideas, ideas against democracy, that is, against the minority. Ideas against God, because it is a clan made of up Cains. Brothers and sisters, there is no doubt that he would be crucified once again. And so they have proclaimed."
"Our people have a hunger for the true God, and they hunger for bread."
We say, as later his good friend and defender, the blessed Oscar Arnulfo Romero said, "In the name of God, then, and in the name of this suffering people, whose lamentations rise to heaven in turmoil, I entreat you, I beg of you, I order you in the name of God: stop the repression."
For Rutilio Grande, and for all the martyrs in El Salvador and the rest of the planet, we say: PRESENTE!
En español:
Olga publicó un recordatorio de Rutilio Grande, el presbítero salvadoreño cuyo asesinato comprometió al beato Ar zobisp o Oscar Arnulfo Romero
a la caus a de los pobres para siempre.
La gente se preocupa por las influencias izquierdistas, pero la opción preferencial por los pobres está implícita en nuestra fe y en la llegada de este judío palestino controversial y subversivo. La opción preferencial por los pobres es una idea izquierdista, y Jesús de hecho fue un líder izquierdista, revolucionario y subversivo que nos llevó hacia un mundo más humano. Si aceptamos que es el hijo de Dios, ¿por qué nació sin vivienda, desamparado, en un establo, un inmigrante indocumentado de piel oscura, que nació en una familia pobre y que fue carpintero?
Nuestra sociedad castiga a las personas por su pobreza, critica a los pobres y los considera irresponsables. Las iglesias a menudo se han puesto del lado de los ricos y se han sentado en los banquetes de los ricos, y despreciado a los pobres. Jesús o Yeshuá o Isa escogió llegar a este planeta como el hijo de una mujer pobre. Decidió nacer sin vivienda, y que se madre no pudiera encontrar “sitio en la posada” y verse sujeto a los requisitos de entrada como alguien que no tenía documentación.
Mi amiga Carolyn Scarr hace algunos años escribió un poema hermoso que compartiré en cuanto lo encuentre, sobre la entrevista de María y José con los oficiales de inmigración (el resultado final es: entrada denegada).
No debemos temer la influencia de lo radical, de lo subversivo, de lo revolucionario, de la izquierda. Como dijera alguna vez el médico argentino revolucionario Ernesto Guevara (apodado el Ché por los cubanos), que fue uno de los héroes de la revolución cubana, “Sean capaces siempre de sentir, en lo más hondo, cualquier injusticia realizada contra cualquiera, en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda del revolucionario”.
Recuerden que fue un médico formado que decidió involucrarse en la revolución porque, como dijera, “Déjeme decirle, a riesgo de parecer ridículo, que el revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor”.
Entonces, recordemos a Monseñor Rutilio Grande, vilmente asesinado en camino a darle la comunión a un enfermo un 12 de marzo hace casi 40 años. Fue su muerte la que comprometió a Oscar Romero para siempre.
El 24 de septiembre de 1972, el padre Grande se convirtió en párroco de Aguilares, la misma parroquia en que él había pasado su niñez y juventud. Allí fue uno de los jesuitas responsables de establecer las Comunidades Eclesiales de Base (CEB) y de entrenar a los líderes, llamados "Delegados de la Palabra". Este movimiento de organización campesina encontró oposición entre los terratenientes, que lo veían como una amenaza a su poder, y también entre sacerdotes conservadores quienes temían que la iglesia católica llegara a ser controlada por fuerzas políticas izquierdistas.
Después de la expulsión del presbítero colombiano Mario Bernal Londoño por la iglesia (después de haber sido secuestrado en Apopa), Grande pronunció lo que se conoció como el sermón de Apopa: “Queridos hermanos y amigos, me doy perfecta cuenta que muy pronto la Biblia y el Evangelio no podrán cruzar las fronteras. Sólo nos llegarán las cubiertas, ya que todas las páginas son subversivas—contra el pecado, se entiende. De manera que si Jesús cruza la frontera cerca de Chalatenango, no lo dejarán entrar. Le acusarían al Hombre-Dios... de agitador, de forastero judío, que confunde al pueblo con ideas exóticas y foráneas, ideas contra la democracia, esto es, contra las minoría. Ideas contra Dios, porque es un clan de Caínes. Hermanos, no hay duda que lo volverían a crucificar. Y lo han proclamado."
“Nuestro pueblo tiene hambre del Dios verdadero, y hambre de pan”.
Decimos, como dijera luego su gran amigo y defensor, el beato Oscar Arnulfo Romero, "En nombre de Dios, pues, y en nombre de este sufrido pueblo, cuyos lamentos suben hasta el cielo cada día más tumultuosos, les suplico, les ruego, les ordeno en el nombre de Dios: paren la represión.”
Por Rutilio Grande, y todos los mártires de El Salvador y del resto del mundo, decimos ¡PRESENTE!
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